Jueves, 25 feb., 2016
Si preguntan por qué,
diles que me volví(ste) loca.
Que me prendí fuego a la boca
y que me encerré el corazón en un puño
-que no me arrepiento de nada-.
Que me sentí libre e hice de la libertad
la única palabra de mi diccionario.
Que vi amanecer el mismo día
desde tres espaldas distintas,
y que cuando cierro los ojos
sólo veo lunares.
Que corrí desnuda por la calle,
con mi ropa favorita,
pero desnuda.
Que me han definido la vida
y creo que prefiero saber definirla yo misma
antes de encerrarme verbalmente
y morir a los pies de una yo vacía.
Que sé que la primavera no es eterna,
pero qué bonito es lo efímero mientras dura.
Si preguntan por qué,
diles que me queda mucho todavía
para ser una bala perdida.
Que estoy más encontrada
que cualquiera de ellos,
y que siento lástima de sus pupilas vacías.
Que aprendí que volver a casa
es pronunciar tu nombre
y que tus labios es donde quiero quedarme a vivir.
Que no sé decirte todo esto con palabras.
Que Sabina tenía razón
en todos y cada uno de sus versos.
Que sé respirar.
Que vuelvo a sentir los dedos.
Que, no me malinterpretes,
pero no te quiero.
Si preguntan por qué,
diles que cuando lo averigüen,
que me lo digan.